MONASTERIO DE SAN BENITO


Entrar y maravillarse, imaginar que estamos en un tiempo pasado, admirar asombrado como un niño semejante obra arquitectónica, el Monasterio de San Benito en Río de Janeiro es sin duda uno de los más bonitos de Brasil y es una buena opción para incluir en la visita en la ciudad, ubicado cerca del plaza Maua y del Museo del mañana se puede combinar con ellos como una alternativa a tener en cuenta en la ciudad.


El Monasterio de San Benito de Río de Janeiro fue fundado por monjes benedictinos que llegaron a Bahía en 1590.
La construcción del monasterio fue ejecutado por esclavos, las piedras utilizadas como materia prima fueron provenientes del morro de la Viuda, en el actual barrio del Flamengo. Los planos del edificio fueron trazados en 1617 por el ingeniero militar portugués Francisco Frías de Mesquita, según la estética manierista vigente en Portugal en aquel periodo.


La fachada del proyecto original es manierista, con un cuerpo central con tres arcos de entrada y un frontón triangular. Dos torres coronadas por pináculos piramidales flanquean la entrada. Pasando los arcos de entrada se encuentra una galilée con azulejos y portones de hierro del siglo XIX.
El interior de la iglesia es totalmente forrado con talla dorada que va del estilo barroco de fines del siglo XVII al rococó de la segunda mitad del siglo XVIII.

El primer escultor activo en la iglesia fue el monje portugués Fray Domingo de la Conceição que diseñó y esculpió parte de la talla de la nave y el ábside (el de la capilla fue sustituida después).

Cuenta a su vez con estatuas de San Benito y de Santa Escolástica y en altar de la iglesia, Nuestra Señora de Montserrat (Patrona de la Iglesia), entre otras.

Dentro de la iglesia existen siete capillas laterales de la hermandad: la de Nuestra Señora de la Conceição, la de São Lourenço, lá de Santa Gertrudis, lá de São Brás, lá de São Caetano, la de Nuestra Señora del Pilar y la de Santo Amaro.

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