Santa Teresa es un barrio del municipio de Río de Janeiro, que se caracteriza por el gran número de artistas que viven ahí, y también a lo populosas que son sus favelas que circundan la zona, conocido como el Montmartre Carioca, se distingue por su perfil colonial, casi estéticamente detenida en el tiempo, con gran cantidad de edificaciones históricas, algunas de ellas construidas en el siglo XVIII.
Limita con los barrios de Glória, Catete, Botafogo, Laranjeiras, Cosme Velho, Silvestre, Humaitá, Centro, Catumbi y Rio Comprido, y corresponde a la Región Administrativa de la subprefectura Tijuca y adyacencias.
El barrio tiene como ícono distintivo el bondinho (el último tren eléctrico en Brasil que circula desde 1896) que cruza los Arcos de Lapa, antiguo acueducto carioca (inaugurado en 1750 por el gobierno colonial portugués para abastecer de agua a la ciudad) y que hoy sirve como ruta del tren que sube por El Morro (cerro) para internarse en Santa Teresa.
Su vida social y atracción turística se concentra en el Largo dos Guimarães, con numerosos restaurantes, que van desde el Bar do Mineiro y Espirito Santo (encontrando una comida amazónica en uno de los restaurantes más caros de la zona que funciona en una antigua casa reciclada), hasta Sobrenatural (especializado en frutos de mar) y Thiago (cuya especialidad es el shop de cerveza negra.
El barrio Santa Teresa surgió en torno al convento del cual heredó el nombre, en el siglo XVIII.
La zona fue inicialmente poblada por la clase alta, en la que fuera una de las primeras expansiones fuera del núcleo central de la ciudad. Con el tiempo perdió su estatus de “barrio de ricos” para ganar fama como atracción turística y referente cultural de vanguardia.
Recomendamos no circular por la zona después de las 7 p.m. y menos en solitario, evitar callejones sin iluminación y no llevar objetos de valor.